El ladrillo cerámico experimenta una dilatación con el agua (dilatación por humedad de obra) que se emplea durante la puesta en obra.
Naturalmente en un frente de fábrica se acusará en algún punto el efecto de la dilatación conjunta de todas las piezas.
Esta situación puede darse tanto en los muros de carga como en los cerramientos de fábrica colocados sobre estructura de fábrica y de hormigón.
- La dilatación por humedad de obra, en frentes de ladrillo cerámico, se evidencia más en la parte baja de los paños, justo encima de la barrera antihumedad o en la base de los paños sobre estructura metálica o de hormigón.
- Si el tamaño del paramento de la fábrica es pequeño o su movimiento no está coartado, se acusará la dilatación en las esquinas éste es de gran longitud o está embebido entre soportes de estructura se producirá un abombamiento del centro de la pared hacia su cara externa.
- Cuando el esfuerzo de dilatación alcanza la carga de rotura aparecen entonces las grietas causadas por éste fenómeno, siguiendo una trayectoria recta vertical, más ancha en la base que en la parte superior.
En casos extremos puede alcanzar toda la altura libre del paramento e incluso las grietas pueden aparecer antes de terminar la obra.
Estas fisuras, rectas y verticales, tanto las que se producen en el centro de un paño como la de las esquinas, rompiendo los ladrillos en hiladas alternadas, además de tener su origen en la dilatación por humedad en ocasiones lo tienen conjuntamente con las variaciones dimensionales térmicas.
En los retranqueos de fachadas puede aparecer la grieta en la cara exterior de la esquina, pero la pared que forma el retranqueo ha podido sufrir a su vez un pequeño giro rompiéndose en la línea que forma el rincón.
En este caso la grieta se manifestará en la cara interior y no será visible en caso de haber cámara de aire tras el muro. Esta situación singular habrá de tenerse presente al observar esta clase de fisura.
El origen de estas grietas por dilatación se debe a la propia naturaleza del ladrillo y al intervalo entre cocción y puesta en obra.
El ladrillo tiene una dilatación irreversible a la salida del horno, que sigue durante años, aunque la mayor parte tiene lugar en los tres primeros meses.
Si la puesta en obra se realiza en pocos días, es fácil deducir que aún le queda al ladrillo una importante expansión que desarrollar.
Por otra parte, el ladrillo de arcilla, como muchos materiales porosos de construcción, aumenta de dimensión en el incremento de contenido en agua, con variaciones en general imperceptibles, pero con efectos a veces importantes.
La absorción, incluso en forma de vapor de agua puede llevar a una dilatación permanente de elevada cuantía, produciendo las fisuraciones descritas.
La dilatación puede ir asociada a efectos térmicos. En este sentido la recuperación de la posición primitiva por enfriamiento es poco factible debido a la reducida resistencia a tracción del ladrillo.
Daños causados por humedad del terreno
Un caso típico es el que afecta a la barrera antihumedad en el muro, que puede perder su eficacia si está rebasada en altura por tierra amontonada en el exterior, que acumulará el agua de lluvia o absorberá humedad del terreno, transmitiéndola al ladrillo y aparecerán humedades en el interior.
Cuando hay cámara de aire los restos de obra que hayan podido quedar depositadas en el interior de ésta harán de transmisores de humedades al interior, tanto de las procedentes del terreno como las de lluvia, perdiendo igualmente su eficacia las barreras antihumedad.
Respecto a las naturalezas de ciertos ladrillos, en general la presencia de una excesiva cantidad de agua en un edificio es responsable del mayor número de defectos a su vez de deterioros de los materiales.
En el caso del ladrillo, sus características favorecen la retención de agua durante u período de tiempo aceptable.
Si el ladrillo tiene sulfatos solubles de sodio, magnesio o calcio, en su composición, ejercen una acción química con la humedad sobre el cemento portland, produciendo un aumento considerable de volumen en los morteros, dilatándolos, fragmentándolos y originando grietas originales en una o varias hiladas, junto con signos de disgregación de los mismos.
La dilatación puede llegar a un cm. Por cada metro de altura del paramento, haciendo aumentar la altura del edificio.
Para que se produzca esta acción es necesaria abundante aportación de agua, es decir, zonas de fábrica que reúnan estas características: antepechos (agua que resbala bajo los mismos), zonas no soleadas o cerramientos de jardín.
En revoques gruesos, con fisuras con retroacción, la fisura deja pasar agua al ladrillo y si éste tiene sales se producirá igualmente el efecto descrito.
Antonio Fernández
“EDEFER Ingeniería Constructora S.L.”
“Dilatación Por Humedad De Obra En Los Ladrillos”
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